Hay fotografías donde el efecto mágico aparece sin necesidad de tocar nada. El temple personal en tomar la foto hace posible que tengan un contenido especial sin ningún maquillaje. Jugar con el diafragma y la velocidad de obturación ayuda a expresar en el movimiento las revelaciones divinas sin necesidad de buscarlas. Lo importante aquí es el observador que actúa igual que la cámara generando conciencia omnisciente.
La esencia de espíritu de luz se refleja con la física del escenario. Una foto mal realizada en movimiento o con una luz que deslumbre el objetivo puede causar el efecto adecuado para que se genere la revelación.
Estas imágenes se tratan en Espíritu de Luz ARDAL y solamente se puede ajustar la asignación local de tonos o pequeños retoques.
"NUEVE es el padre, vasto es su semblante, formándose y cambiando de lo que no tiene forma."